Nuestra Forma de vida Los hermanos capuchinos como san Francisco de Asís buscamos vivir el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, basándonos en cinco grandes pilares: Oración, Fraternidad, Misión, Minoridad, Paz
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Delegación Bolivia Los hermanos de la Fraternidad atienden a las comunidades de la Parroquia Nuestra Sra. de Guadalupe, Naranjal y Mineros.
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Nuestra Forma de Vida

Los hermanos capuchinos como san Francisco de Asís buscamos vivir el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, basándonos en cinco grandes pilares

Capuchinos en Bolivia

Los Capuchinos de América del sur tienen una deuda pendiente con Bolivia. Fueron las palabras dichas por el entonces Ministro General Hno. Jhon Corriveau. Estas palabras motivaron a los provinciales y vice provinciales de la reciente conferencia CCA a plantearse la posibilidad de llevar a cabo la implantatio ordinis en Bolivia.

Quien obedece no debe mirar en su superior al hombre sino a aquel por cuyo amor se ha entregado a la obediencia.

Joven ¿Tienes la inquietud de descubrir tu vocación? Ven y vive una experiencia con los Hermanos Menores Capuchinos, Dios te ama y te llama.

Nuestra vida es un proyecto sublime de Dios, somos colaboradores de un Dios Creador, llamados a la trascendencia. La primera iniciativa es de Dios y la segunda es de la humanidad que decide responder desde lo profundo del corazón a esta iniciativa primera.
Si ya estás en búsqueda, con interrogantes e inquietudes, ánimo porque es señal de que tu vida quiere adquirir un sentido.

“Señor, ¿Qué quieres que haga?”

 

 

Francisco fundador de nuestra Orden nació en 1181/82 en la ciudad de Asís, Italia, donde vivió la mayor parte de su vida. Hijo de un rico mercader, se distinguió en su juventud por su liderazgo, su alegría y espíritu festivo. En la guerra entre Asís y Perusa en 1202 fue hecho prisionero y paso un año en la cárcel, donde inicio su proceso de conversión…

“Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. En la casa en que entréis, decid primero: “Paz a esta casa.” Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.” (Lucas 10, 1-6)