Oraciones de San Francisco

MI DIOS Y MI TODO,

¿Quién eres Tu, dulcísimo Señor y Dios mío? 
y ¿Quién soy yo, gusanillo, tu servidor? 
¡Cuánto quisiera amarte, santísimo Señor mío!
¡Cuánto quisiera amarte, Señor mío Dulcísimo!
Señor mío y Dios mío, te entregue 
todo mi corazón y todo mi cuerpo, 
y ardientemente anhelo darte mas… 
¡Si supiera qué más darte! 
(LC) 

Meditación: Amar a Jesús, es entregarnos a su voluntad, a su amor y a su bondad.

SEÑOR MÍO JESUCRISTO

dos gracias te ruego que me concedas 
antes de morirme; la primera, que sienta yo en cuerpo y alma, 
en cuanto sea posible, 
el dolor que Tú, dulcísimo Jesús, 
sufriste en tu dolorosísima Pasión; 
la segunda, que sienta yo en mi corazón, 
en cuanto sea posible, aquel amor sin medida
que te abrasaba y te llevó, Hijo de Dios, 
a sufrir gustoso por nosotros, pecadores. 
esta misma dolorosísima Pasión.
(3CS).  

Meditación: Entregarnos a Jesús, es entender que pese a las dificultades, no me abandonará. 

TE DOY GRACIAS, SEÑOR Y DIOS MIO,

por cuantos dolores me aquejan, 
y te pido que me los centupliques
si tal es tu santa voluntad: 
cosa dulcísima será para mí
sufrir por ti mil tormentos. 
Pues en cumplir tu voluntad, 
encuentro yo mi deleite. 
(LM 14/2). 

Meditación: Agradecer a Dios por lo bueno y lo malo, desde el momento que abrimos los ojos.